En su reciente columna en el Diario Financiero, Sebastián Parga M. plantea importantes desafíos sobre la propuesta de ley de equidad salarial, y destaca las preocupaciones sobre la rigidez y la posible creación de una nueva burocracia para las empresas. La iniciativa, que incluye la incorporación de métodos analíticos en los descriptores de cargos y la creación de un Comité de Igualdad de Remuneraciones, podría marginar a los sindicatos más pequeños y no necesariamente promover la flexibilidad laboral que muchos buscan actualmente.
“Si queremos equidad de remuneraciones, las restricciones y protocolos no son eficaces en un mundo en cambio, y suelen ser una barrera de entrada al mundo laboral. La verdadera herramienta de la equidad es el cambio cultural que se está dando y que requiere un procedimiento flexible de fiscalización. No entenderlo es voluntarista y carga a las empresas con procedimientos que difícilmente se pueden aplicar” asegura.